INTRODUCCIÓN SOBRE LA FLORA DE LA LITERA

    La Península Ibérica está encuadrada dentro de dos grandes regiones de flora y vegetación, la mediterránea y la eurosiberiana, ambas pertenecientes a una unidadZona de Baldellou superior, el Reino Holártico. Cada una de estas dos regiones está caracterizada por una serie de plantas y comunidades vegetales que les son propias, además de poseer muchas comunes.
        La comarca de La Litera está incluida dentro de la región mediterránea, cuya principal característica es la existencia de un período de sequía estival más o menos pronunciado pero siempre bien patente. Esta región presenta como bosques típicos los de hoja perenne y endurecida (esclerófilos): encinares, alcornocales, acebuchares, enebrales, etc. En las regiones más cálidas y erosionadas están acompañados o sustituidos por pinares y sabinares. En las zonas salinas o endorreicas, con grandes oscilaciones de temperatura, como la depresión del Ebro y margas yesíferas del interior hay que descartar la existencia de formaciones boscosas densas por razones de suelo y clima; solamente alguna sabina, encina y pino acompañan a Alrededores de San Esteban de Literaveces a las garrigas de coscoja y espino negro. Las riberas de los ríos y suelos con capa freática elevada compensan con la humedad del suelo el período de sequía estival, permitiendo instalarse a bosques de hoja caduca: olmedas, choperas, fresnedas, saucedas y bosques mixtos. En el lecho de los ríos, sobre gravas y aluviones, donde son frecuentes las inundaciones y avenidas, se desarrollan saucedas arbustivas.
        En La Litera el clima es el factor determinante en el carácter de la flora existente ya que, a la vez que actúa la influencia mediterránea, se hace notar la influencia continental con sus fuertes contrastes: grandes variaciones de temperatura, nieblas frecuentes y persistentes en invierno o escasas e irregulares lluvias, por lo que el ambiente aún es menos favorable para la vida vegetal. Existe así un predominio de vegetación adaptada a la aridez, es decir, de especies que soportan un período de sequía prolongado, bien conLentisco (Pistacia lentiscus) modificaciones en tallos, hojas, cantidad de pelos, acortamiento del período reproductivo, etc., o bien porque se trata de plantas anuales que pasan la estación seca desfavorable en estado de semilla (terófitos) De ahí la elevada proporción de estos últimos en el conjunto de la flora de la zona. Sin embargo, al mismo tiempo, el entramado de sierras perpendiculares a los ríos Cinca y Noguera Ribagorzana hace que aparezca cierto frescor con microclimas húmedos en los barrancos y umbrías donde la flora adquiere un carácter más montano.
        Los tipos de suelo, que van desde los pardocalizos con niveles pedregosos no consolidados, que se convierten en xerorendsinas sobre las zonas de yesos y margas, hasta los suelos aluviales de cultivo antiquísimo de la zona más al sur con un horizonte antrópico muy evolucionado, son otro de los factores que influyen de forma importante en la vegetación que ocupa la comarca.
        Aún siendo La Litera una tierra muy ocupada agrícolamente, con algunos pasillos fluviales donde se acomodan los bosques de ribera, lo que resalta especialmente en el paisaje son las cuerdas montañosas que definen pequeños valles y variadas cubiertas

 Itinerarios botánicos

vegetales según la exposición. Se aprecia así una notable diferencia entre la zona norte, más abrupta y montañosa, donde contrastan a su vez lo cultivado, emplazado en las depresiones y fondos de tierra decantada, y lo naturalizado, enclavado en laderas y cumbres, y la zona más al sur con llanuras de gran fertilidad gracias a las aguas del Canal de Aragón y Cataluña, ocupadas no sólo por los extensos cultivos tradicionales de cereales, tanto de secano como de regadío, sino también por olivos, almendros, forrajes y árboles frutales.
        Vamos ahora a concretar, por regiones, cuáles son algunas de las especies, especialmente arbóreas y arbustivas, más características de la comarca.
        Al norte, las corrientes fluviales, aún siendo exiguas, son capaces de disolver los gruesos estratos calizos generando desfiladeros y farallones (congosto de Baldellou, Hoz de Saganta, barranco de Foradada) a los que se asocian formaciones vegetales rupícolas y las típicas de bosques de galería con árboles como los sauces (Salíx alba, Salíx purpurea), fresnos (Fraxinus angustifolia), chopos (Populus nigra,P opulus alba) y olmos (Ulmus minor).
        El árbol por antonomasia de la zona es la carrasca (Quercus ilex subsp.ballota) aunque en los lugares cálidos (Castillonroy) encontramos también enclaves con encina (Quercus ilex subsp. ilex), más termófila. Junto al quejigo y el pino constituyen las manchas forestales, reductos de naturaleza pura, en las laderas imposibles para la agricultura, que se atiene a los fondos del valle. Los pinares de pino carrasco (Pinus halepensis) son frecuentes en la comarca, muchos de ellos de repoblación. En no pocas ocasiones los vemos invadidos por el muérdago (Viscum album), planta parásita. En ciertos puntos se ha repoblado con pino laricio (Pinus nigra subsp. nigra). Los quejigales de Quercus cerriodes ocupan las umbrías de la Carrodilla y sierras al sur del Montsec. No son puros y están salpicados por carrasca y pino albar (Pinus sylvestris) El quejigo de hoja pequeña (Quercus faginea) forma rodales en puntos cálidos (Castillonroy), donde se mezcla con las carrascas y a menudo vive cerca de las riberas fluviales. Por último, la sabina albar (Juniperus thurifera) es la especie que completa el apartado de vegetación arbórea.
        Los arbustos que acompañan a la carrasca son el aladierno (Rhamnus alaternus), el labiérnago (Phillyrea latifolia), la retama loca (Osyris alba), algunas madreselvas (Lonicera etrusca), la cornicabra (Pistacia terebinthus), o el rusco (Ruscus aculeatus), entre otros. Y, cuando el suelo es pedregoso –cosa que ocurre a menudo- no faltan el litonero (Celtis australis), el “chinebro” (Juniperus oxicedrus subsp.badia) o la sabina negral (Juniperus phoenicea) Tampoco es raro encontrar, como en algunos barrancos de la Carrodilla, arbustos termófilos como el madroño (Arbutus unedo), durillo (Vivurnum tinus), lentisco (Pistacia lentiscus), liana (Clematis flammula), zarzaparrilla (Smilax aspera), “matapiojos” (Daphne gnidium) y olivilla (Phillyrea angustifolia). La orla espinosa la forman el arañonero (Prunus espinosa), el majuelo (Crataegus monogyna) y otros como espárragos trigueros, zarzas y rosales silvestres. Muchos de estos arbustos acompañan también al resto de las especies arbóreas.
        Cuando los carrascales se incendian suelen derivar en sardas de coscoja (Quercus coccifera), arbusto denso que ocupa también extensas áreas en las lomas yesosas y arcillosas, donde suele ir acompañado del espino negro (Rhamnus lycioides)
        En esa zona de yesos, más al sur, las plantas aromáticas comunes: romero (Rosmarinus officinalis), salvia (Salvia lavandulifolia), tomillo (Thymus vulgaris), etc. se mezclan con lechetreznas, como la endémica Euphorbia minuta, jaras (Cistus clusii), aliagas (Genista escorpius) o rudas (Ruta angustifolia y R. montana), junto a muchas otras especies. Los matorrales de romero aparecen en lugares ocupados antiguamente por carrascales y sardas, con los que entran en contacto y los tomillares suelen proceder de la degradación de los romerales
        Antes de llegar al Canal de Aragón y Cataluña queda aún una franja donde se intercala, entre los verticales estratos de arenisca, un mosaico de olivos (Olea europaea), almendros (Prunus domestica) y carrascas con lentisco. Son parcelas mucho menores que en el regadío, integradas entre las zonas naturales y manteniendo un gran número de márgenes y linderos. Por último, en la margen derecha del Canal, se puede alargar la vista en extensos campos de alfalfa y frutales, salpicados a veces por carrizos y cañaverales.
        Para estudiar la flora de la comarca hemos realizado un itinerario en el que hemos fijado algunos puntos de interés donde realizar las paradas. Aunque se han señalado unos puntos concretos, podrían haberse elegido perfectamente otros ya que las distintas formaciones vegetales se repiten sin cesar a lo largo de toda la zona. Hemos procurado especialmente que esos puntos fueran representativos de los diferentes medios que podemos encontrar si tenemos en cuenta los distintos factores que afectan a la vegetación (temperatura, humedad, tipo de suelo, pendiente del terreno, orientación, etc.)
        Aunque se supone que los estacionamientos se realizan en esos puntos, es frecuente que el conjunto de cada formación vegetal y los progresivos cambios de unas a otras se aprecien mejor al ir avanzando con el vehículo. Por eso hemos planteado el itinerario como un circuito bastante amplio que recorre la zona y, en él, se localizan los puntos de interés donde realizar actividades más concretas. La excursión se puede planificar eligiendo sólo algunos de esos puntos o incluso simplificando el recorrido. Todo dependerá del tiempo de que se dispone para realizarla o de los temas que se quieran tratar. También puede realizarse el viaje en el sentido inverso al que hemos seguido aquí; sólo es preciso tenerlo en cuenta a la hora de hallar los puntos ya que las indicaciones están realizadas para ir en esa dirección.
        El título dado a cada parada corresponde al nombre de la población más cercana para podernos orientar mejor pero nunca está situado dentro de la misma población. En cada punto hay primero un apartado donde indica como localizar el lugar de estacionamiento y los objetivos que se pueden tratar con los alumnos. Algunos de los objetivos se pueden trabajar indistintamente en algunas paradas ya que muchas de las especies se repiten, incluso en ambientes muy diferentes. Por eso, la teoría necesaria se recoge en un capítulo aparte y, en el tercer apartado de “información básica”, indicamos únicamente la sección o secciones donde puede encontrarse dicha información. En el apartado de actividades figuran ejercicios y preguntas concretas para hacer a los alumnos en cada punto. Asimismo, aparece al final un apartado con “actividades globales” incluidas aquí, bien porque es posible realizarlas en cualquiera de las paradas o bien porque deben realizarse en casa o en el laboratorio.
        Por último, figura una guía para que los alumnos identifiquen durante el recorrido algunas de las especies más características de la flora de la Litera, sobre todo, árboles y arbustos.

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